Sabedores del gran papel que llevan a cabo los puntos de agua en nuestro clima mediterráneo para conservar la biodiversidad, en GREFA tenemos un buen número de charcas y pilones de diferentes características.

Una de las actuaciones de mantenimiento que es necesario ejecutar con cierta frecuencia es la realización de leves limpiezas para eliminar el exceso de espadañas y de sedimentos del fondo de la charca y evitar su colmatación. Naturalmente, reciben poco a poco y de modo continuo, sedimentos y restos biológicos que se van depositando en el fondo de la charca. Los nutrientes orgánicos eutrofizan el agua, provocando el crecimiento desmesurado de algas y otros seres vivos que, al morir, se acumulan sobre el lecho de la charca. Aumenta la turbidez y se pierde oxígeno en el agua.

Por estas causas, si queremos que nuestra charca siga siendo un hábitat adecuado para los anfibios, en la época de menor incidencia para su desarrollo, es necesario proceder periódicamente a su limpieza extrayendo parte del cieno del fondo, limpiar la vegetación de las orillas y quitar los tallos acuáticos de las espadañas o eneas.

Nuestro compañero de prácticas Joel, de la formación de Educación y Control Ambiental del Centro de Capacitación Agraria nos ayudó con dicha limpieza. Tras retirar de la charca todas las espadañas y sedimentos los dejamos en una zona próxima durante 24h, con la idea de que, si había algún insecto, molusco u otro ser vivo, tuviera tiempo de regresar al agua. Tras ese tiempo, terminamos de limpiar dejando la charca lista para la temporada de primavera.